Cielo y tierra, luz y oscuridad. En arquitectura, así como en la historia de la creación, esta dualidad ha estado siempre presente. Existen arquitecturas que tienden hacia la luz, mientras que otras lo hacen hacia la oscuridad. Por un lado, lo estereotómico responde al concepto de pertenencia a la tierra, a la vivienda tipo “cueva”; mientras que la arquitectura tectónica es aquella que tiende a desligarse de ella, es la vivienda tipo “cabaña”. Se trata, por tanto, de dos opuestos gravitatorios: la inmaterialidad de la trama versus la materialidad de la masa. Los vamos a analizar en nuestra última entrada sobre mecanismos en la arquitectura.

La arquitectura estereotómica responde, en palabras de Gottfried Semper recogidas por Kenneth Frampton, al empleo de materiales pesantes, una arquitectura sólida y terrenal. Es decir, que nace de la tierra y se asienta sobre ella, perforando sus muros en busca de la luz. Se trata de la arquitectura del basamento, de la cueva, de lo íntimo, lo protegido.

Por su parte, la arquitectura tectónica representa la época más reciente del diseño y la construcción, pues se resuelve con materiales ligeros como el vidrio y el acero. Se trata de una arquitectura que responde al concepto de cabaña, es decir, que se posa sobre la tierra. Este tipo de arquitectura necesita controlar y velar sus huecos con el fin de controlar la entrada de la luz.

Sin duda, Alberto Campo Baeza se erige como uno de los arquitectos, docentes e investigadores que más y mejor ha tratado en sus obras estos mecanismos, tanto en el plano teórico como en sus obras construidas. A continuación explicaremos algunas de sus obras con la intención de clarificar la fuerza de estos conceptos en la historia de la arquitectura moderna.

Caja Granada (2001)

Imágenes cortesía del estudio de Alberto Campo Baeza

Este proyecto consiste en una enorme caja de hormigón, sólida y maciza, que se erige 57 metros sobre el nivel del terreno. Se trata de un ejemplo de arquitectura estereotómica que satisface su búsqueda de luz mediante unas perforaciones en la cubierta, y envuelve a otra caja menor en su interior, tectónica, resuelta mediante la combinación de materiales como el acero, el vidrio y el alabastro.

Filarmónica de Copenhague (Propuesta concurso internacional 1993, no construida)

Pese a no llevarse a cabo su construcción, las estrategias empleadas para su diseño resultan enormemente clarificadoras. El concepto del edificio se basa en la creación de una roca excavada en su interior (arquitectura estereotómica, surge de la tierra y pertenece a ella) y tallada en su exterior (arquitectura tectónica, caja de vidrio exterior). En él, Campo Baeza lleva al límite estos conceptos: una base sólida que alberga en su interior cajas pequeñas, también opacas, y cubierta por una caja de vidrio que se abre al cielo.

Casa de Blas (2000)

Fotografía de Hisao Suzuki.

Esta vivienda situada en la sierra de Madrid aúna estos dos conceptos en perfecta armonía: abajo, la cueva. Un podio o caja de hormigón enraizado a la tierra, estereotómico, que acoge el programa de la vivienda. Arriba, en contraste, la cabaña. Una caja ligera, de vidrio, que se posa sobre el basamento y sirve como espacio de contemplación de la naturaleza.

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